El título podría ser otro. Tal vez el correcto sería “haz lo que yo digo pero no lo que yo hago”. Sucede que mientras el presidente y sus ministros piden paciencia y esfuerzo para “tener un país normal y mejor”, los legisladores argentinos se burlan del pueblo que los votó aumentándose considerablemente sus sueldos.

Primero fue el presidente y sus ministros, quien se justificó diciendo que “no estaba al tanto del aumento automático” y, en teoría, renunció a dicho aumento. Después fue el turno de los senadores, que ganan más que el presidente, y están a un par de millones de ganar 10 palos por mes. Y ahora, para no ser menos que el resto de la runfla política, llegó el turno de los diputados.

El presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, aprobó un incremento en la dieta de los diputados nacionales a partir del pago del próximo mes. La suba será de 80% y se pagará en tres cuotas, llevando las dietas a más de $2 millones al mes.

Según trascendió, la Casa Rosada se opone a la decisión de Diputados y rechazó la posibilidad de un aumento apenas iniciadas las negociaciones. Con este incremento, y tomando en cuenta una dieta promedio de $1,2 millones, los 257 legisladores nacionales pasarán a tener un ingreso promedio de $2,2 millones en bruto.

La decisión no hace más que confirmar que los políticos están en otra sintonía. Muy pocos días al mes tienen trabajo presencial, pocos de ellos generan leyes que promuevan el bienestar social y no hacen más que generar espacios de conversación buscando beneficios personales. Ah, y ahora, además, se aumentan el sueldo ellos mismos. Lo que se dice una verdadera joya, ¿no?