Mientras el ministro de Educación Jaime Perczyk reafirma su idea de no suspender las clases debido a la ola de calor que sufre el país, un estudio internacional asegura que los chicos que estudian con calor aprenden menos que los que los que estudian en medio de un clima agradable.

 En las últimas semanas, Argentina registró las temperaturas más altas en mucho tiempo para esta época del año. Con picos cercanos a los 40° en distintos puntos del país, la ola de calor no terminó. Los ambientes cerrados con mucho calor pueden afectar a las tareas de enseñanza y aprendizaje.

Un estudio realizado por investigadores de Harvard, la Universidad de California y la Universidad Estatal de Georgia observó el rendimiento de más de 10 millones de estudiantes y concluyó que la exposición a altas temperaturas impacta de forma acumulativa en el desarrollo de habilidades cognitivas.

¿Cómo afecta el calor al estudio?

Según las mediciones, los alumnos bajan su rendimiento en los exámenes un 1% por cada grado y medio que sube. De acuerdo con la publicación, los beneficios de contar con un equipamiento adecuado de aire acondicionado en las aulas reducen un 78% los efectos adversos del calor.

"Hay que airear las aulas, dar clases en el patio e hidratar bien a los chicos, pero no debemos dejar de ir a la escuela". Jaime Perczyk, ministro de Educación.  

Además, las altas temperaturas generan que los alumnos sean más propensos a mostrar un comportamiento irritable, influyen negativamente en la percepción que los profesores tienen de ellos y redundan en una falta de motivación y concentración.

Aquellos que sufren de enfermedades respiratorias crónicas se ven doblemente perjudicados y muestran índices de inasistencia más altos.

En los establecimientos educativos se acumula humedad, materiales de pintura y detergentes, que hacen necesaria la utilización de extractores. Por esto, el recambio de aire, mediante mecanismos naturales o mecánicos, se torna fundamental.