Hipopótamo, ballena asesina, gordo… cada una de esas palabras pueden escucharse en el reality más visto de la televisión argentina, lo que generó un enorme revuelo entre los fans y seguidores del programa que reclaman a gritos una intervención de la producción que por el momento, brilla por su ausencia.

Todo comenzó  con el ingreso a la casa de Ariel, un actor y parrillero de 44 años y más de 140 kilos, cuya contextura física se ha transformado en tema de burlas y agresión por parte de Alfa, otro de los participantes del juego.

La gordofobia es el odio, rechazo y violencia que sufren las personas gordas por el hecho de ser gordas.

Las agresiones se trasladaron, además, a los panelistas del programa, cuando en medio de una fiesta pudieron escucharse agravios basados en la contextura física de un participante. Los seguidores mostraron su disconformismo a través de redes por los dicho de Alfa, pero la producción poco hizo al respecto. allí pudo verse la doble vara del producto, ya que por un lado se focaliza en los buenos tratos y por otro se permiten burlas y agresiones con un tema tan sensible como el cuerpo humano.