Por: Tomás Bafalluy

La Scaloneta se transformó en un fenómeno digno de analizar. Cuesta recordar antesalas de mundiales en los que la Argentina llegara con semejante entusiasmo, confianza y fortaleza. Tras haber conseguido 2 títulos en menos de 1 año, habiendo cortado una sequía de 28 años sin levantar un trofeo, el equipo argentino es, según muchos especialistas, uno de los favoritos a quedarse con la Copa del Mundo que comenzará el 21 de noviembre en Qatar. Y existen variadas razones que lo sostienen como candidato:

En primer término, se clasificó al Mundial producto de 39 puntos obtenidos en las Eliminatorias, asentándose en el segundo puesto detrás de Brasil. Jamás corrió riesgo su pasaje a Qatar, y de no ser por el avasallante torneo brasilero, hubiera quedado cómodamente en el primer lugar. Vale recordar que en 2 de las últimas 3 ediciones, a la selección le costó la clasificación: en 2010 lo hizo ganándole a Uruguay en la última fecha, y en 2018 hizo lo propio venciendo a Ecuador con los recordados 3 goles de Lionel Messi. El panorama hoy es divergente, y el equipo llega con las ideas mucho más sólidas y trabajadas.

No es un dato de menor revelancia el haber salido campeón. Y menos si se consiguieron 2 trofeos. La Copa América le significó a los jugadores un envión de confianza descomunal por un lado, y un alivio necesario por otro. Cargaban una mochila de pesados kilos que se acarreaba desde la década del 90. Habían acariciado la gloria en 3 finales: con Alemania en el Mundial 2014, y con Chile en Copa América 2015 y 2016. Asimismo, haber cortado esa racha en el Maracaná contra Brasil le dio un plus anímico que al día de hoy le sirve al equipo para ostentar lo logrado.

La finalissima ante Italia no fue un encuentro más. Era la chance de demostrar que se podía estar a la altura contra un rival europeo. Es que si bien los italianos quedaron afuera del Mundial, son los últimos campeones de la Eurocopa. Y la actuación argentina, además del resultado, no hizo más que refutar lo que piensa, por ejemplo, Kylian M´bappé, que en los días recientes había declarado: "Argentina y Brasil no juegan partidos de mucho nivel para llegar al Mundial. El fútbol no está tan avanzado como en Europa. Es lo que se vio en los últimos mundiales". 

Es cierto que equipos del calibre de Francia, Alemania o Brasil tienen con qué para sentirse los principales candidatos a levantar la Copa. Aunque el seleccionado nacional, a raiz de los argumentos colectivos y de varios rendimientos individuales espectaculares que se sostienen con el tiempo (Messi, Di María, Romero, Dibu Martínez, Lautaro Martínez, entre otros), llegará a Qatar con la ilusión más viva que nunca, teniendo en claro que tiene con qué para competir contra cualquier rival, por más que eso no lo convierta en el principal favorito a quedarse con el torneo. Y más allá del mote que se le ponga, Argentina es un equipo con todas las letras.