

El Mundial de Clubes 2025, disputado en Estados Unidos, se presentó como la gran apuesta comercial de la FIFA. La entidad informó que la competición alcanzó 2 700 millones de espectadores en todo el mundo y 2,5 millones de asistentes a los estadios, cifras que superan ampliamente las de ediciones anteriores. Esto se tradujo directamente en un negocio millonario, con ingresos provenientes de patrocinios, derechos televisivos, venta de entradas y merchandising.
La bolsa total del torneo alcanzó US$ 1 000 millones, de los cuales US$ 525 millones correspondieron a participación garantizada de los clubes y US$ 475 millones estuvieron ligados al rendimiento deportivo. El club campeón pudo embolsar hasta US$ 125 millones, mientras que la FIFA destinó US$ 250 millones a un fondo de solidaridad para el desarrollo del fútbol a nivel global. Esto no solo asegura la sostenibilidad de la competencia, sino que fortalece el negocio de la FIFA como regulador y promotor internacional.
El torneo también funcionó como un motor de marketing global. En junio, la web de la FIFA alcanzó 16 millones de visitantes únicos, las aplicaciones del torneo se descargaron 1 millón de veces, y las redes sociales sumaron casi 6 millones de nuevos seguidores. Esta exposición digital se traduce en mayor atractivo para sponsors y marcas, generando retornos adicionales más allá del espectáculo en los estadios.
El impacto económico total del Mundial de Clubes se estimó en US$ 47 000 millones, con US$ 21 100 millones generados en el PIB global y US$ 9 600 millones en EE.UU., donde se crearon 105 000 empleos relacionados con el torneo. Este modelo demuestra que el evento funciona no solo como espectáculo deportivo, sino como una máquina de generación de valor económico para la FIFA, los clubes, los sponsors y los países anfitriones.
La FIFA, bajo la presidencia de Gianni Infantino, destacó el torneo como “la competición de clubes más exitosa del mundo”, mientras que la crítica externa, como la de Javier Tebas, presidente de LaLiga, se centró en la saturación de calendarios y los costos asociados. Aun así, desde el punto de vista del negocio, el nuevo formato ha redefinido los límites de la monetización en el fútbol internacional.