La depresión se manifiesta con síntomas como tristeza persistente, pérdida de interés en actividades diarias, alteraciones del sueño y pensamientos negativos, entre otros. Cuando estos signos se mantienen por más de dos semanas, es fundamental consultar con un profesional de la salud mental, ya que un diagnóstico temprano mejora las posibilidades de recuperación.

El tratamiento suele incluir psicoterapia, en especial la cognitivo-conductual, y en algunos casos medicación. A esto se suman hábitos saludables que ayudan en el proceso, como la práctica de actividad física regular, mantener rutinas estables y sostener vínculos sociales que funcionen como apoyo.

Acompañar a alguien que atraviesa depresión requiere escucha activa y empatía. Es importante no juzgar, validar sus emociones y alentar a que busque ayuda profesional. También se puede brindar apoyo en las tareas cotidianas y estar presente de manera constante, ya que el entorno cumple un rol central en el proceso de recuperación.

En definitiva, la depresión no debe enfrentarse en soledad. Pedir ayuda, seguir un tratamiento y contar con la compañía de amigos o familiares son pasos fundamentales para salir de un cuadro que, con la atención adecuada, puede superarse.