jueves 03 de octubre de 2024 - Edición Nº2129

Últimas noticias | 27 sep 2024

La pobreza pone al Gobierno en modo replanteo

Los datos que indican que la mitad del país es pobre lleva a Javier Mieli a enfocar el avance de su gobierno en solucionar un tema urgente. Herencia recibida y déficit fiscal, en el centro de la discusión.


La pobreza avanzó hasta 52,9% en el primer semestre del año y así alcanza a 24,9 millones de personas en todo el país, informó este jueves el Indec. Implica una suba de 11,2 puntos porcentuales respecto al cierre del año pasado, que había sido de 41,7% en el momento del cambio de Gobierno y de 12,8 puntos en comparación con un año atrás, cuando había sido de 40,1 por ciento. Esto representa, además, el dato más alto desde 2003.

Es la primera medición del gobierno de Javier Milei. Respecto de un año atrás, 6,2 millones de habitantes se sumaron al universo que con su ingreso no pudo comprar la canasta básica total de alimentos y servicios básicos. Y se incrementó en 4,2 millones la población que no llegó a cubrir el valor de la canasta básica alimentaria, pese a los planes de asistencia social.

Desde la política y también desde ámbitos críticos de la economía apuntaron a la fuerte recesión como principal herramienta para bajar la inflación mientras que otros analistas tuvieron el enfoque inverso: fue la alta inflación de los primeros meses del año la que provocó una caída real de los ingresos de magnitud y, en consecuencia, la recesión, lo que provocó el aumento de más de 11 puntos de la pobreza.

En cualquier caso, esa foto social impone una reacción oficial. El relato del “ajuste más grande de la historia” del que se enorgullece el presidente Javier Milei, quien además lo promociona como un logro en el exterior, se convierte en un boomerang a la luz de los costos de los que las cifras del INDEC dieron cuenta ayer. Y, si bien el Presidente insiste en que “el superávit financiero no se toca” y que “el déficit cero es innegociable”, queda instalada a partir de ahora la duda si el Gobierno podrá seguir avanzando implacablemente en su política fiscal, tanto en las números como en el discurso. Esa inquietud anida habida cuenta no sólo del in crescendo de las presiones políticas por mayor gasto sino también del descenso de los niveles de popularidad que empiezan a registrar las encuestas de imagen y opinión, hasta el momento el principal soporte de la gestión económica.

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