La campaña de la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, recaudó alrededor de 500 millones de dólares desde que se convirtió en la virtual candidata presidencial demócrata con la salida de Joe Biden, dijeron diversas fuentes a Reuters, una cantidad de dinero sin precedentes que refleja el entusiasmo de los donantes antes de las elecciones del 5 de noviembre.

El dinero de la campaña es fundamental para la publicidad y la captación del voto, que ayudan a llevar a la gente a las urnas y a persuadir a los votantes indecisos para que se decanten por un candidato.

Harris -que este lunes participó del inicio de la Convención Nacional Demócrata, en Chicago- entró en la carrera después de que Biden renunciara a la candidatura demócrata, lo que desató una avalancha de financiación que se había agotado en las semanas posteriores al desastroso debate de Biden contra el candidato republicano y expresidente, Donald Trump.

Por otra parte, en la noche del martes se desarrolló la convención demócrata con Barack y Michelle Obama como oradores destacados. Los Obama erizaron unos ánimos ya elevadísimos de la demócratas en la fiesta de coronación de Kamala Harris con dos discursos estelares que refrendaron su status de rockstars en la política norteamericana –dos figuras que juegan en otra liga– y buscaron un objetivo concreto: ungir la campaña de Harris con la mística de la primera campaña de Obama, y, también, advertirles a los demócratas que la victoria está lejos de estar garantizada, y deberán trabajar duro para retener la Casa Blanca en una pelea voto a voto.