La denuncia contra Alberto Fernández fue el tiro de gracia a un movimiento aturdido aún por la victoria de Javier Milei. El ex presidente argentino sumó a su larga lista de errores y fracasos una denuncia que enterró aún más su ya enterrada carrera política.

Sumado al AlbertoGate, el peronismo parece tener una notable falta de conducción. CFK está en retirada, la Campora desprestigiada y el gobernador Kicillof hace malabares para intentar que las balas que le pican cerca no lo impacten.

El resto de los dirigentes que formaron parte de los últimos tiempos están presos o desprestigiados. El peronista medio está muy desilusionado con lo sucedido especialmente con el último gobierno y la reestructuración de las bases parece sumamente compleja.

El movimiento jamás pudo trabajar con las redes sociales y olvidó por completo el trabajo de campo que supo realizar en los barrios más populares del país.

Por lo pronto, durante el año próximo habrá una prueba de fuego. Las elecciones legislativas 2025 serán determinantes para saber si el peronismo ha muerto o aún sigue con vida…