

El Gobierno dio este martes un paso más en la instrumentación de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD), en medio de la negativa de la AFA para aplicarlas en la liga local y de las tensiones entre el presidente Javier Milei y el titular de la asociación del fútbol, Claudio “Chiqui” Tapia. En el Boletín Oficial, desde la Inspección General de Justicia (IGJ) habilitaron a las asociaciones civiles (formato por el que hasta ahora se constituían los clubes) a transformarse en sociedades anónimas. La primera instancia para encaminarse hacia la nueva idea, que permitirá el ingreso de capitales privados en el deporte, había sido plasmada en el DNU 70/2023, también de esta gestión.
Antes de que el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, lance la plataforma completa con el detalle para las SAD, se le dio un plafón con esta Resolución, la 15/2024, que se oficializó con la firma de Daniel Roque Vítolo, quien comanda la IGJ. Fue en la semana después a que la Argentina consiguiera la Copa América en Estados Unidos y de que Tapia volviera con la gloria, abrazado al trofeo, tras los achaques de Milei y las respuestas furiosas del número dos de la AFA, Pablo Toviggino.
“Atento a lo dispuesto en los artículos 346 y 347 del Decreto de Necesidad y Urgencia Nº 70/2023, que modificó el texto de los artículos 30 y 77 de la Ley Nº 19.550 y sus modificatorias, debe aceptarse la participación de las asociaciones civiles y fundaciones como accionistas en sociedades anónimas y la transformación de las asociaciones civiles en sociedades anónimas; así como simplificarse la inscripción de entidades de bien común constituidas en el extranjero para el desarrollo de su actividad en la República Argentina”, establece en el considerando 32 la resolución de la IGJ, que depende del Ministerio de Justicia, a cargo de Mariano Cúneo Libarona.
Ese es el corazón de la llegada de las SAD, que implican justamente que los clubes puedan transformarse en sociedades anónimas para permitir así el ingreso de capitales privados y extranjeros a su estructura.