

La irrupción de Santiago Maratea dentro de Independiente generó un sinfín de interpretaciones acerca de su rol como “influencer caritativo”. La “colecta desinteresada para ayudar a Independiente” a pagar la deuda que tiene (más de 20 millones de dólares), se volvió un motivo de opinión constante con detractores y alabadores de Maratea, a quien poco parece importarle el qué dirán.
Maratea explicó que haría una de las colectas que hace con la intención de “ayudar al Rojo. La intención era que los hinchas colaboren ante la acuciante situación económica que vive el club. Pidió que los hinchas colaboren con dinero y él implementaría un fideicomiso para garantizar que el dinero sirva para abonar las deudas.
Sin embargo, y cuando la cuenta ya había legado a los 400 millones de pesos, Maratea anunció que él se quedaría con el 5,8% de lo recaudado “por la ley fiduciaria y para pagar gastos”. Buen negocio, ¿no?
A partir de ello es que se armó un gran revuelo que generó opiniones a favor y en contra, denuncias en la justica y una pregunta: ¿Lo hace por caridad o por conveniencia?