

La focaccia no tiene mucha ciencia en su elaboración. Agua, harina y aceite son los 3 elementos vitales para darle forma a un plato típico de Italia que ha crecido considerablemente en Argentina hasta transformarse en uno de los preferidos para un sector de la sociedad.
El toque distintivo es la variedad. El amor con la que se hace. Los condimentos. Las formas con las que se combina con distintos alimentos. Desde hace ya algunos años, la focaccia se ha transformado en un boom dentro de la gastronomía nacional y cada vez más gente la consume en una salida familiar o entre amigos.
Si bien la focaccia es considerada una delicia de Liguria, una región al noroeste de Italia, la historia cuenta que fueron los antiguos etruscos o los antiguos griegos quienes inventaron este sabroso y popular pan.
Los ingredientes principales de la Focaccia son: la harina, el aceite, el agua, el azúcar, la sal y la levadura. No obstante, generalmente se aliña con aceite de oliva y sal gorda o gruesa, y se aromatiza con hierbas de la región, como el romero o el orégano. A estos ingredientes se le puede añadir muchos más, como aceitunas, cebolla, anchoas o queso por ejemplo, creando innumerables variedades según el gusto de cada uno.
Una de las focaccerías más importantes del país se llama Lebrel, está en la ciudad de La Plata y sus dueños nos cuentan como desarrollaron el proceso para transformarse en una de las más importantes del país.