Giorgio Armani, el icónico diseñador italiano, falleció a los 91 años dejando un imperio estimado en 12 100 millones de dólares. Al no haber tenido esposa ni hijos, su herencia queda en manos de la Fundación Giorgio Armani, creada en 2016 para proteger la continuidad y los valores de la firma.
Entre quienes asumirán roles clave están su hermana Rosanna, sus sobrinas Silvana y Roberta, su sobrino Andrea Camerana, y su mano derecha, Pantaleo “Leo” Dell'Orco. Todos formaban parte de la estructura de la empresa y ahora deberán garantizar una sucesión ordenada que evite rupturas en el imperio del diseñador.
Los estatutos de la fundación incluyen mecanismos de control y protección: la fundación tomará un rol más activo tras su muerte, limitando adquisiciones riesgosas y posponiendo cualquier salida a bolsa por al menos cinco años, asegurando así la estabilidad del negocio.
A pesar de la ausencia de herederos directos, la estructura planificada por Armani garantiza que su legado y visión creativa se mantengan intactos, y que el imperio que construyó a lo largo de décadas siga siendo una referencia en la moda mundial.